ANTES DE LEERLO QUIERO AGRADECER A @chuspdf QUE, ADEMÁS DE SU TRABAJO, DEDIQUE SU TIEMPO AL OCIO Y QUIERA COMPARTIRLO CON TODOS NOSOTROS. ¡GRACIAS!
Lo conocí hace unos meses y enseguida supe que iba a ser
el principio de algo único. Su aspecto era espectacular, firme y elegante, a
cualquiera le hubiese gustado. Pero lo que realmente me cautivó fue cuando
empecé a conocerle, a tratarle. Guapo por fuera y por dentro, ¡genial! La cosa
pintaba bien. Mis primeros días junto a él fueron idílicos, no podía dejarlo ni
un segundo, ni podía ni quería. Cuando estaba con él era capaz de viajar en
segundos, de recorrer rincones lejanos viviendo las mejores aventuras que jamás
pude imaginar. Cuando estaba con él era capaz de volar, soñar, reír y llorar.
Hacía tiempo que no pasaba tan buenos momentos. En aquellas tardes de verano, en
las que el sol aprieta y no apetece salir, solíamos sentarnos, acompañados de
una cerveza, a disfrutar de las palabras; sin necesidad de estar pendientes del
reloj. ¡Cómo disfrutaba! Realmente estaba viviendo algo indescriptible, algo que,
solo aquel que se haya encontrado en la misma situación puede llegar a
entender. No necesitaba mucho más para saborear la felicidad y junto a él la
encontré. Pero…no podía durar para siempre. Sus palabras llegaron al fin. Sus
páginas se acabaron y de nuevo sentí aquel vacío que deja una buena lectura.
Vacío por ser finalizada pero riqueza interior de todo lo vivido, sentido, experimentado…La
suerte fue, que volvió a caer en mis manos otro que, como él, volvió a
cautivarme con sus palabras.
el principio de algo único. Su aspecto era espectacular, firme y elegante, a
cualquiera le hubiese gustado. Pero lo que realmente me cautivó fue cuando
empecé a conocerle, a tratarle. Guapo por fuera y por dentro, ¡genial! La cosa
pintaba bien. Mis primeros días junto a él fueron idílicos, no podía dejarlo ni
un segundo, ni podía ni quería. Cuando estaba con él era capaz de viajar en
segundos, de recorrer rincones lejanos viviendo las mejores aventuras que jamás
pude imaginar. Cuando estaba con él era capaz de volar, soñar, reír y llorar.
Hacía tiempo que no pasaba tan buenos momentos. En aquellas tardes de verano, en
las que el sol aprieta y no apetece salir, solíamos sentarnos, acompañados de
una cerveza, a disfrutar de las palabras; sin necesidad de estar pendientes del
reloj. ¡Cómo disfrutaba! Realmente estaba viviendo algo indescriptible, algo que,
solo aquel que se haya encontrado en la misma situación puede llegar a
entender. No necesitaba mucho más para saborear la felicidad y junto a él la
encontré. Pero…no podía durar para siempre. Sus palabras llegaron al fin. Sus
páginas se acabaron y de nuevo sentí aquel vacío que deja una buena lectura.
Vacío por ser finalizada pero riqueza interior de todo lo vivido, sentido, experimentado…La
suerte fue, que volvió a caer en mis manos otro que, como él, volvió a
cautivarme con sus palabras.